Luis Lacalle Pou: una nueva forma de hacer política
Luis apareció en mi horizonte como una bocanada de aire
fresco.
Él representa todas aquellas cosas que siempre creí debería
Tener un gobernante: seriedad, mucho estudio, trayectoria limpia, disposición al diálogo y cero resentimientos.
Realmente es un disfrute verlo tan
joven, tan lleno de ideas, tan dispuesto a tender puentes y derribar muros.
Incapaz de una grosería, siempre listo para aportar una idea, para aceptar los
aciertos ajenos sin por ello perder la impronta que ha ido creando a su
alrededor y que es su carta de triunfo.
Luego noté que a mis hijas, igual que a otros jóvenes a los
que les resultaba imposible mantenerse escuchando a un político mas de 30
segundos, comenzaba a agradarles.
Pronto hacían empatía con ese joven universitario, padre de
familia que no utilizaba el insulto, la grosería ni la descalificación. Que no
recurría a épocas pretéritas, tan ajenas para la muchachada sino que sin rodeos
proponía una manera diferente de hacer política.
¡Este candidato quiere gobernar el presente parado en el
presente¡ Y eso es toda una novedad para los jóvenes que están hartos de
ancianos que con rostro adusto y que
hablan de un pretérito que nada tiene que ver con su realidad.
Los muchachos comenzaron a olvidarse de su pasaporte.
Sentían que ese candidato los respetaba y hacia empatía con sus problemas
actuales y sus necesidades. El dialogo de Luis nada tenía en común con el habitual
discurso jurásico que a los más jóvenes les quitó el entusiasmo de acudir a
votar.
Luego lo conocí personalmente y la impresión inicial de
multiplicó.
Luis es como es, es como luce. Me llamó la atención en
nuestro primer café su espontaneidad, su necesidad de saber, de libar del otro
todo aquello que pueda servir para mejorara el país. Luis es como una esponja,
de todo y de todos saca buenas ideas.
Creo que su gran inteligencia emocional evita que lo gane la
soberbia, un mal generalizado en nuestra clase política y que ha causado enormes
estragos.
Luis es una de las personas con menos soberbia que he
conocido.
Luego participé en la confección de su programa y al
observar el resultado sentí que hacía años que en el Uruguay ningún candidato
presentaba un plan tan serio y estudiado. Creo que influyó mucho el hecho que
Luis convocara a gente de todos los ámbitos para trabajar en la agenda,
técnicos que jamás participamos en política y que en general no aspiramos a
ningún cargo político.
Personalmente participe activamente en la agenda cultural, un tema importante y en el
cual debemos actuar prontamente ya que estamos en el siglo XXI y seguimos con
prácticas gestadas a inicios del siglo XX.
Pero creo que lo que más cautiva de Luis y su agenda - que
es enorme, renovadora y clara- y que no
comprendió Gabriel Pereyra cuando lo sometió a un ataque esquizofrénico que
nada tiene que ver con el periodismo, es la forma distinta que propone para
hacer las cosas.
Esa es la esencia del éxito de Por la Positiva: empatía con
el presente; ausencia de rispideces, claridad de principios, rescate de
nuestras tradiciones, transparencia de gestión, respeto a las instituciones y lo
más importante, Luis sabe que el Presidente no es el dueño del gobierno sino apenas un inquilino.
Es el ciudadano con mas obligaciones y con tal conciencia está preparado para
convertir al Uruguay en una PAÍS DE OPORTUNIDADES.
Mercedes Vigil
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