“CUANDO LEI LA NOTICIA SOBRE LA POSTULACION DEL PRESIDENTE MUJICA AL PREMIO NOBEL DE LA PAZ SUPE QUE ESTABA FRENTE A UNA MENTIRA”
Por Fabricio SUÁREZ
La escritora, poeta y novelista uruguaya Mercedes Vigil criticó las versiones de prensa que, oportunamente, pusieron al Presidente José Mujica en un sitial de privilegio entre sus pares de la región pero también del mundo. En diálogo con Opinar, Vigil descalificó los trascendidos, la veracidad y la legitimidad de la información vinculada a la postulación del mandatario al Premio Nobel de la Paz en el entendido que al investigar (…) “supe que estaba frente a una mentira”. A propósito del artículo de la revista Monocle que ubicaba a Mujica conceptualmente como “el mejor presidente del mundo” y que también tuvo su eco en nuestro país, afirmó que el contenido de la publicación fue escrito de puño y letra por un “estudiante que estaba haciendo su práctica y no un especialista”.
¿Qué opinión le mereció la noticia publicada por algunos medios referida a la nominación del presidente José Mujica al Premio Nobel de la Paz?
La verdad es que la parcialidad en la información es un fenómeno que avanza. Según un estudio realizado en Wharton-University of Pennsylvania los medios se ocupan cada vez más de su economía y menos de aquel cuarto poder regulador y vigilante de las libertades ciudadanas. El consumidor de los medios de comunicación informativos quiere la verdad, pero no siempre sólo la verdad: busca, hasta cierto punto, noticias que confirmen -o, por lo menos, reconozcan- sus creencias. Los anunciantes perspicaces lo saben, y cuando el atractivo de un producto se corresponde con la tendencia general de una organización informativa en cuanto al tratamiento que hace de la información, las empresas anuncian en esos canales con el propósito de llegar al consumidor que tiene creencias políticas semejantes a las de los canales de noticias.
Este fenómeno se ha instalado hace tiempo en Uruguay y cuando fueron llegando los ecos de una postulación me puse en alerta. Sabía que el Presidente Mujica no contaba con los mínimos requisitos para quedar nominado (que no es lo mismo que propuesto) Hay que tener en cuenta que casi media humanidad está en condiciones de proponer a la otra mitad. Anualmente llegan miles de propuestas de profesores, políticos, escultores, escritores, pastores, periodistas, etc., etc. En su mayoría son descartados quedando apenas un par de cientos como “nominados” cuyos nombres no pueden ser revelados salvo el del ganador.
Usted estuvo realizando investigaciones tras conocerse justamente esta noticia. ¿Qué resultados obtuvo?
Lo que me movió a utilizar mi oficio de investigadora fue el leer que José Mujica estaba “nominado” y luego que “habría quedado entre los diez finalistas”. Ya solo con leer ambas noticias supe que estaba frente a una mentira puesto que los estatutos de la Fundación son claros con respecto al manejo de la información. De todas formas recurrí a un periodista Sueco a quien conocí hace tiempo quien me conectó con una fuente en Oslo, ciudad donde se entrega el Nobel de La Paz. Tal lo que imagine y lo que deberían saber muchos investigadores y periodistas se me confirmó que la Fundación prohíbe dar a conocer el nombre de los “nominados” hasta que hayan pasado cincuenta años de entregado el premio. Esto puede ser confirmado por cualquiera en el sitio web de la fundación. Mis fuentes fueron claras: En Oslo nadie escuchó hablar de Mujica como nominado, nadie puede violar el pacto de secreto de los nominados. Mi fuente me sugirió que las voces que corren en el Rio de la Plata sobre las idas y venidas de cierto embajador a Oslo debería tomarlas o bien como un rumor o bien como viaje de placer puesto que la fundación no admite ninguna presión política. Por otro lado la información sobre el postulado nunca se recoge del entorno del mismo, detalle no menor y fundamental para que el comité garantice una información imparcial.
¿Por qué cree que la noticia formó parte de un “embuste propagandístico”?
Lamentablemente se ha instalado en el país lo que llamo “la esquizofrenia del relato”. Al igual que aquellos enfermos de esquizofrenia, los voceros oficiales y sus repetidores manipulan el recuerdo colectivo desorganizado para transformarlo en una experiencia épica que legitime un presente dislocado. Así el relato se transforma en una campaña publicitaria de concientización que apela a cualquier acontecimiento (verídico o no) para transformarlo en un relato épico.
En Uruguay el ciudadano no encuentra voces discordantes firmes y la ciudadanía incorpora ese relato de forma casi natural. Como bien sabemos todos hace años Joseph Goebbels elaboró su conocido decálogo para someter a los pueblos, y podemos constatar que sus postulados aún siguen en vigencia. “Una mentira repetida mil veces se convierte en una realidad” y “Miente, miente, miente que algo quedará, cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá” son algunas de sus frases más famosas.
Hace años que van disminuyendo en nuestro país los periodistas de investigación y son pocos los que chequean las fuentes. Un asunto muy turbio aconteció hace unos meses cuando los medios replicaron una noticia de puño de Santiago Rodríguez Tarditi que en la revista Monocle ubicaba a José Mujica como el “mejor presidente del mundo”. El artículo se titula “El héroe político no reconocido de Sudamérica”. La información se presentaba como proveniente de una prestigiosa revista londinense y el tono en el que estaba escrita daba a entender que estábamos frente a especialistas en evaluar las gestiones de todos los presidentes del mundo y finalmente emitir un veredicto.
Como figura en el sitio web oficial de Monocle – www.monocle.com (que no se especializa en ciencias políticas) no hay nada más lejos de eso. Es simplemente la opinión de una sola persona, tan válida como la de cualquiera. Es un engaño, un HOAX. No es la opinión de un periodista o estadista de fuste. El Sr. Santiago Rodríguez Tarditi estudia Ciencias Políticas en la universidad de Los Andes en Chile y actualmente hace su práctica en la revista SOHO. No está graduado en nada. Antes de contribuir para esa revista no tuvo ningún otro trabajo como periodista ni como investigador. Era un estudiante que estaba haciendo práctica.
¿En qué medida cree que contribuyó tener, según trascendidos, como aliado a los efectos de la nominación al expremier soviético y Premio Nobel de la Paz a Mijail Gorvachov?
No tengo confirmado que eso haya sucedido. Apenas leí una publicación que dice que fue así. La publicación de un texto entrecomillado que dice al pie Mijai Gorbachov no significa nada para un investigador aunque funciona para mucha gente que lee y repite sin verificar las fuentes.
Justamente en una carta de Gorvachov, según versiones de prensa, al Comité de los Nobel, se hace referencia a Mujica como un “ejemplo vivido de los valores”. ¿Qué opinión le merece esa apreciación?
Reitero el mismo concepto de la pregunta previa, por lo tanto no puedo expresarme sobre la supuesta apreciación de Gorbachov que no sé si opina de esa forma.
Como usted mismo podrá comprobar en el sitio web de su Fundación (The International Foundation For Socio-Economic And Political Studies – The Gorbachev Foundation), Mijail Gorbachov publica allí noticias, novedades, opinión y cartas a presidentes entre las cuales figura el presidente Obama. Nominar a alguien para el premio Nobel de la Paz no es algo intrascendente. Si dicha carta efectivamente existe debería estar publicada en ese sitio.
De cualquier forma e independientemente de esa apreciación entiendo que para ser considerado como candidato a un premio que tiene a LA PAZ como esencia debería ser imprescindible poseer una trayectoria pacífica incuestionable.
Le cambio el ángulo de la pregunta, ¿por qué considera que Mujica no debería estar entre los nominados?
Como bien expresé antes, cualquiera puede proponer a cualquiera, por lo tanto yo no soy quien para decir que cosa “debió haber sido” o que cosa no. Lo que afirmo es que el contenido de la información que se brinda no puede ser comprobado. Ninguna persona va a poder comprobar fehacientemente en la fundación Nobel si dicha proposición existe o existió, ni mucho menos saber si su supuesta nominación avanzó posteriormente para estar entre los primeros diez candidatos a obtener la distinción. Habrá que esperar 50 años para saberlo. Sin embargo la noticia se brindó y consiguió su efecto de propaganda. Eso es lo que debe quedar claro.